Autora:
Marci Lyn Curtis
Editorial:
Puck
Páginas:
352
A
veces, la oscuridad parece impenetrable.
Pero la luz de los sueños, del futuro, del amor
puede volver a brillar en el momento más inesperado.
Todo irá bien. Maggie ya se acostumbrará al nuevo colegio, a su nuevo estado, a su nueva vida. Eso le dicen todos. Pero la verdad es que nada va bien desde que una grave enfermedad le arrebató el sentido de la vista… No, Maggie no quiere acostumbrarse.
Hasta que sufre una aparatosa caída y se levanta con un chichón y algo mucho más alucinante: la visión. Bueno, no la visión, exactamente. Más bien la capacidad de ver a Ben, un niño de diez años distinto a todas las personas que ha conocido. Y mientras Maggie intenta averiguar por qué su recién recuperada vista se limita únicamente a Ben, descubrirá algo mucho más importante: a veces, las cosas que creíamos perdidas no lo están en realidad. Solo tenemos que aprender a mirar con otros ojos…
Cuando
vi la portada de este libro, me quedé con la impresión de que sería demasiado ‘meh’,
más de los del montón que últimamente se publican y se leen y se todo, total,
que me hice con un ejemplar, para estar seguro de si estaba equivocado o no. Y
digamos que me equivoqué, pero no tanto.
Verán,
la historia de este libro es casi como cualquier otra, chica torpe conoce a
chico cachas se enamoran y ¡pum!, eso es todo.
Pero
no crean que eso es todo, la gran diferencia en este libro radica en la forma en
la que la autora nos presenta la historia, en la forma en la que va metiendo a
los personajes, la estructura de los personajes y como estos van evolucionando
a lo largo de sus páginas. Mentiría si les dijese que no me enganchó, porque
sucedió todo lo contrario, me enganchó tanto que no paré de leerlo hasta que
hube terminado de leerlo, ya sé que es muy finito y todo, pero aún así, me costó
sus horas acabarlo.
Este
libro nos cuenta la historia de Maggie, una chica que está acostumbrándose a
ser ciega, desde ahí, ya se salió desde los estándares que últimamente abundan,
aunque no tanto, el cambio surge cuando conoce a Ben, un niño que dice haberse
enamorado de ella.
Maggie
como protagonista me gusto, me gusta bastante el perfil que tiene, me gusta su
forma de expresarse y sinceramente no le encontré muchas cosas malas, pero
quien más me agrada en este libro es el pequeño Ben.
Ben,
a pesar de su corta edad cuenta con un léxico que si bien al inicio del libro
no me creía para nada, poco a poco nos va contando como es que el puede hablar
de esa forma, y es que debido a ‘sus condiciones de vida’ tiende a leer bastante
y lo más curioso es el tipo de libros que lee -no les diré más, porque quiero
que lo descubran-. Aparte de eso, es ingenioso y gracioso. Me pude identificar
con el desde casi el inicio, y reírme de las cosas que decía desde su primera
frase. Creo que de no ser por él, habría dejado el libro a medias.
La
trama avanza y Maggie conoce al hermano de Ben. El hermano de Ben, si bien, es
necesario para la historia, creo que a final de cuentas como que me sobraba un
poco, de verdad, sentí que él es la única parte mala del libro.
Ahora
vamos con la historia.
La
historia me ha encantado y enseñado por partes iguales. La manera en la que la
autora maneja a sus personajes para darnos lecciones de vida o consejos, además
de advertirnos acerca de la amistad, el compañerismo y tal vez también el amor,
me dejaron con un buen sabor de boca.
La
historia no decae en ningún momento, se mantiene como desde el inicio, y si
bien, no es la más emocionante del mundo, creo que merece la pena conocerla.
Marci
Lyn, se ha ganado un lugar en mi librero y en mi cabeza. Seguro que si me
encuentro algún otro libro de ella, me lo leo para adentrarme en sus personajes
y su forma de ver las cosas.
¿Conocían el libro? ¿Han leído este libro? ¿Lo piensan leer?
CALIFICACIÓN:
★ ★ ★ .5
*
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